
Consejos prácticos para la conservación de frutas y verduras en casa, más allá de las clásicas conservas, mermeladas y almíbar.
Existen varios factores que influyen en la conservación de las frutas y las verduras frescas: la humedad, la temperatura, el dióxido de carbono y el etileno.
La temperatura influye en la velocidad con la que respiran las plantas, a mayor velocidad de respiración más rápido va el proceso de maduración, las temperaturas bajas positivas ayudan a ralentizar la respiración.
El dióxido de carbono es el producto de la respiración y a mayor concentración de este gas la velocidad disminuye la velocidad de respiración ya que existe menor disposición de oxígeno.
La humedad afecta de forma que las frutas y hortalizas pueden perder peso fresco y desecarse. Necesitamos humedad relativa alta para evitar la desecación.
El etileno es un gas resultado de la respiración vegetal que fomenta la actividad de maduración con lo que a mayores valores mayor maduración.

Como conclusiones sencillas:
- Mantener la fruta refrigerada y ventilada. Evitar compartimentos cerrados.
- Evitar períodos prolongados en el frigorífico ya que éste reseca, por lo tanto es mejor adquirir lo que se vaya a consumir próximamente.
- Hay frutas y verduras que maduran después de ser recolectadas como: manzana, arándano, chirimoya, sandia, plátano, kiwi, kaki, ciruela, papaya, pera, higo, tomate dónde estos factores influyen más y otras que no maduran una vez recolectadas como: mora, pimiento, cereza, uva, pomelo, aceituna, naranja, piña, frambuesa, limón, níspero.
- Especial cuidado con las verduras de hoja de color verde, conservar siempre con aireación ya que una humedad relativa alta puede llevar a su pudrición muy rápido.
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